Después de muchas vueltas e intentos por ajustar los precios de nuestros precios llego a los siguientes pensamientos:
Estamos palmando en todos los desarrollos o implantaciones de proyectos más o menos grandes en un afán de dejar contento al cliente y por un compromiso adquirido no siempre bien pensado.
El esfuerzo comercial que hay que hacer para vender algo a lo que suponemos que es su precio es tremendo (para, además, terminar palmando)
Sería más justo para todos y más sencillo de vender el ofrecer productos (que sabemos que requieren formación, implantanción y adaptación) sin coste inicial de licencia. Sólo cobrando por las horas trabajadas en estas tareas tendríamos, posiblemente, un ingreso menor por cada proyecto pero: ¿tendríamos más proyectos? Lo que es seguro es que dejaríamos de palmar, al menos en los balances proyecto por proyecto.