Hace unos meses tuve una conversación muy interesante con un amigo, gran experto en arte y que anda metido desde hace años en temas de arte digital. Claro, a él, la programación le interesa principalmente como modo de expresión, y me estuvo contando iniciativas y cosas que hace la gente para experimentar… por ejemplo, la programación de virus como arte digital, o como experimentos de vida digital.
Este tipo de conversaciones son siempre interesantes, porque te ayudan a ver tu profesión con un poco de perspectiva, y creo que también te permiten descubrir por qué haces alguna de las cosas que haces. Me explico:
Interesándose por el tipo de empresa que somos, le explicaba que nuestra forma de ver Ender no ha sido nunca la de una empresa grande…nosotros nunca hemos tenido el objetivo de convertirnos en una gran consultora, sino más bien nos hemos visto siempre como un taller de software; nos encontramos más cerca de un despacho de arquitectura que de Microsoft o de SAP.
Nos preocupa más la mejora de nuestros procesos de desarrollo, la selección de las mejores tecnologías y el ser expertos en nuestro trabajo que utilizar las tecnologías más populares o crecer en facturación de forma rápida. Por eso creo que somos un negocio, no una empresa, para nosotros son más importantes las cosas que hacemos que el dinero que ganamos.
La visión de mi amigo de la programación (o la parte de la programación que le interesa, mejor dicho) se basa en la capacidad de experimentar y expresar, de utilizar el software como un lenguaje que te ayude a explicar lo que sientes o cómo ves el mundo; es decir, la programación como arte. Desde este punto de vista, el dinero no tiene importancia… no haces las cosas para ganar dinero, sino porque lo necesitas como medio de expresión.
El punto de vista empresarial es exactamente el contrario. No te interesa especialmente lo que haces, y tu preocupación por mejorar los procesos tiene como objetivo ser más productivo y generar más negocio. Es el punto de vista de las grandes consultoras, en las que el fin justifica en mayor o menor medida los medios que se utilizan… No importa la tecnología salvo desde el punto de vista de la productividad o de lo que el cliente considere ‘lo mejor’. Esto es lo que hace que los programadores de grandes empresas trabajen una gran cantidad de horas al día, y que a veces la calidad de los desarrollos sea algo cuestionable.
En Ender buscamos un punto de vista intermedio… sabemos que tenemos que ganar dinero para vivir, y nos encantaría hacernos ricos, como a todos (creemos que, como lo que hacemos lo hacemos bien, en algún momento llegaremos). Sin embargo, nos preocupa más hacer bien el trabajo, o más bien estar satisfechos con el trabajo que hacemos, que el importe del proyecto en el que trabajamos.
A esta situación intermedia, en la que no renunciamos al interés económico, pero poniendo por delante el trabajo que hacemos, lo llamo artesanía. No es la definición ortodoxa, ya que no hacemos las cosas con las manos ni somos un oficio tradicional, pero a falta de una palabra mejor, es la que utilizamos… no hacemos software por amor al arte ni por el amor al dinero: hacemos software por el amor al software.